Protector solar, el mejor antiage

Cuando escuchamos “protector solar” lo asociamos directamente con las vacaciones. Lamentablemente no se nos inculca el uso de este producto como debería hacerse. Prevenir es la mejor cura.

Una amiga de mi mamá nos contó que en Australia, los niños de jardín no salen a jugar al exterior sin que la maestra les aplique el protector. En mi caso empecé a tenerlo en cuenta después de adoptar un gato albino, que empezó a tener problemas en sus orejas y nariz, por el efecto nocivo del sol.

La melanina (que da color a nuestra piel) es una defensa y en realidad una piel bronceada (si bien es atractiva) es una piel que se defiende contra las agresiones de los rayos UV. Hasta hace unos años, en general la gente pensaba que una piel bronceada era sinónimo de saludable, Sin importar nuestro FOTOTIPO (color de nustra piel y forma en que se broncea), el protector evita el fotoenvejecimiento y la formación de máculas (manchas) que se forman como protección contra los daños de las radiaciones y los radicales libres entre otros factores. 

En patologías como melasma y rosácea es de uso obligatorio y se aumneta la frecuencia de aplicación cada dos horas y media, en especial dentro de tratamientos cosmiátricos y dermatológicos.

La aplicación del protector solar se hace con tecleos, sin arrastrar el producto y la presentación dependerá de nuestro tipo de piel. 

Es importantísimo que lo agregues a tu rutina de cuidado de la piel, en especial si estás embarazada o tenés fototipos altos o tendencia a formar manchas, aún cuando no las tengas, pero sí en tu familia.

En la foto (C) Google search, podemos ver de un lado la piel cronoenvejecida, o sea por el tiempo y del otro se agrega el fotoenvejecimiento (este tipo de casos se da por ejemplo en choferes, que les da la luz siempre del mismo lado). Los daños extremos causados por el sol son casi irreversibles cuando se produce la “elastosis” del tejido.