No te guíes por el precio… este se basa generalmente en el tipo de educación que tiene y experiencia. No es lo mismo alguien que recién inicia con un cursito de dos horas que alguien con certificaciones internacionales y capacitación contínua.
No te ofrezcas como modelo al menos que conozcas bien el trabajo del profesional que realice la práctica (y menos cuando hay más de dos manos trabajando).
No aceptes que se trabaje sobre la piel si no es con material descartable o debidamente esterilizado (abierto al momento de usar) y ante tus ojos.
Lo mejor y para descartar problemas futuros, es hacer un test de alergia de pigmentos o anestesia si sos propensa a este tipo de afecciones.
Asegurate de ver trabajos “propios” del profesional, no aceptes propagandas con fotos “prestadas” de internet.
No tengas miedo en preguntarle a alguien que tiene las cejas “como las querrías tener”, quién le hizo tan lindo trabajo.
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